En principio, la estrategia de asociación directa parece constituir una elección acertada
ya que proporciona, mediante una
perspectiva sencilla, una construcción de las estructuras de representación de los componentes léxicos que cumple los requisitos y realiza
las funciones especificadas en los requerimientos del editor de
componentes léxicos. Sin embargo, si tomamos en cuenta las
consideraciones de rendimiento observamos que esta estrategia presenta serios inconvenientes.
La razón estriba en la carga computacional asociada a la gestión de los TGR, ya que
es necesario construir un TGR por cada componente léxico presente en el texto, lo que provoca un elevado consumo
de memoria y de tiempo de procesamiento para manejarlos en pantalla.
Como consecuencia, no se cumple el requisito de que el tiempo dedicado al procesamiento de las funciones propias
del editor no debe suponer una sobrecarga significativa del proceso de análisis sintáctico.
Por tanto, esta estrategia tiene como puntos a favor su sencillez y elegancia, pero su utilidad se ve seriamente limitada debido a sus problemas de rendimiento, lo que provoca que no sea aplicable en la práctica.